Los que me conocen saben que soy fanático de los Patriotas de Nueva Inglaterra; por consecuencia, Tom Brady es uno de mis ídolos en mi lista de atletas favoritos. Este quarterback tiene la marca de más Super Bowls ganados con 7 y varios récords en la historia de la NFL. Pero, como dicen por ahí, “hasta los mejores se equivocan”... y te cuento lo que le pasó:
El pasado 5 de mayo, Brady fue el protagonista del show “The Greatest Roast of All-Time: Tom Brady”, transmitido exclusivamente a través de Netflix.
Este show fue un “StandUp Comedy” (monólogos cómicos), el cual todas las bromas giraban en torno a este quarterback.
Varios excompañeros de Tom, directivos de los Patriotas, comediantes reconocidos y otras celebridades participaron en el evento. Algunos acontecimientos fueron:
Bill Bellichick, excoach de Nueva Inglaterra, se burló de sus pupilos.
Kevin Hart, comediante top, ocasionó carcajadas en la audiencia.
Brady bromeó diciendo que hizo trampa en su carrera.
Los expertos catalogaron el show como un “éxito”; sin embargo, días después del evento, el quarterback se arrepintió de participar por el daño ocasionado a sus hijos.
En una entrevista realizada el martes pasado, Brady mencionó:
“Me encantaba cuando los chistes eran sobre mí. Pensé que eran muy divertidos, sin embargo, no me gustó la forma en que afectó a mis hijos".
“Fue un sabor agridulce de cuando estás haciendo algo que crees que es de una manera y luego, de repente, te das cuenta de que no volvería a hacerlo por la forma en que afectó a las personas que más me importan en el mundo."
¡Ay Tom! Pocos errores cometiste como quarterback, pero ahora, ¿qué te pasó? ¿Pensaste primero en tí que las consecuencias a los demás? Lo mismo nos suele pasar a nosotros.
Cada decisión que tomamos tiene una consecuencia. Por ello, tenemos que evaluar los efectos posteriores, tanto positivos como negativos, en nosotros y en nuestro entorno, especialmente en las personas más cercanas. En ocasiones, hacemos algo con las mejores intenciones, pero olvidamos que puede tener consecuencias imprevistas para otros. ¡Hay que pensar antes de actuar!
Evitemos pensar solo en nosotros mismos. Ésto implica ir más allá de nuestras propias perspectivas y considerar cómo nuestros actos pueden afectar a quienes nos rodean. Es clave ser empáticos y conscientes del impacto de nuestras decisiones. Esto significa evaluar no solo los beneficios personales, sino también los posibles daños o inconvenientes para los demás. ¡Debemos pensar más allá de nosotros mismos! ¿Cuántas veces nos hemos llevado a alguien de “encuentro”? Nos puede salir muy caro.
Por último, para minimizar los efectos negativos de nuestras decisiones en los demás, es crucial comunicarse y, cuando sea posible, consultar a las personas que puedan verse afectadas. Esto ayuda a comprender mejor sus puntos de vista y a tomar decisiones más informadas y equilibradas. Tomando a todos los posibles afectados en cuenta, quizás nuestras decisiones serían diferentes. ¡Date el tiempo necesario para ello!
Así como te aprendí Tom por tu carrera en la NFL, hoy hago lo mismo pero de tu arrepentimiento. Cada decisión que tomemos, hay que evaluar las consecuencias, no solo en las nuestras si no en las de nuestros alrededores. No podemos obviar y asumir que todo está bien, sin consultar a las personas que pueden verse afectadas. ¿Tú cómo tomas tus decisiones? ¿Realmente piensas en los demás y los consultas? ¿O prefieres llevartelos de “encuentro”?