¡Muy feliz año! Han pasado dos semanas desde nuestra última edición, pero hay un hecho que no puedo dejar de reconocer: Raúl Jiménez se convirtió en el futbolista mexicano con más goles anotados en la Liga Premier de Inglaterra, superando a Javier “Chicharito” Hernández.
Quizá muchos de ustedes no conozcan a R7, como le apodan a Raúl, quien vive con un perfil bajo. Me gustaría compararlo con el ave Fénix, ese símbolo de esperanza, renovación y resiliencia, que renace de sus propias cenizas. Te cuento por qué:
Tras ser campeón con el América, Raúl pasó al Atlético de Madrid y posteriormente al Benfica (Portugal), donde enfrentó retos significativos entre 2014 y 2019. Fue entonces cuando llegó a los Lobos de Wolverhampton, equipo recién ascendido a la Liga Premier de Inglaterra, bajo un esquema de “préstamo con opción a compra”.
En Wolverhampton, Raúl explotó futbolísticamente. Ayudó al equipo a evitar el descenso, competir por los primeros lugares y alcanzar los cuartos de final de la Europa League.
Su desempeño lo convirtió en el máximo goleador en la historia del club, lo que llevó a los Wolves a pagar por su fichaje, convirtiéndolo en el traspaso más caro de su historia.
Sin embargo, a finales de 2020, mientras vivía el punto más alto de su carrera a los 29 años, sufrió un accidente terrible en el Emirates Stadium. Apenas al minuto 5 del partido, en un choque de cabezas con el defensor David Luiz, Raúl quedó noqueado y tuvo que ser retirado en camilla. El impacto le provocó una fractura de cráneo.
Todo apuntaba a que su regreso, primero a la vida, y luego al fútbol era imposible, pero, después de 258 días de recuperación, volvió al campo de juego. A pesar de su regreso, no pudo recuperar su nivel futbolístico, lo que eventualmente lo llevó a salir del Wolverhampton y fichar por el Fulham.
Para sorpresa de todos, Raúl “renació”. Tras dos temporadas en su nuevo equipo, ha recuperado la confianza y está retomando el nivel que alguna vez lo llevó a brillar.
Actualmente lleva 15 goles con el Fulham, dos de ellos anotados el pasado fin de semana.
¿A poco no parece una historia sacada de la ficción? ¡Fácilmente podría ser el guión de una serie de Netflix! R7 y su hazaña me han dejado varias reflexiones.
Primero, el valor del perfil bajo. En un mundo donde la fama y los “likes” parecen ser la norma, no hay mejor carta de presentación que el trabajo constante y los resultados. Sin mucho ruido, es posible construir trayectorias llenas de logros, dejando que nuestras acciones hablen por sí mismas y ganándonos el respeto tanto dentro como fuera del ámbito profesional. Mucho “like” para una falsa realidad.
Segundo, aprendamos del error de compararnos constantemente con otros. ¡Tercos los medios y periodistas en comparar a Raúl con el Chícharo! ¡Son únicos! Tratar de imitar o medirnos con los logros de otros puede ser una trampa que nos aleje de nuestro verdadero potencial. El éxito no se trata de superar a los demás, sino de encontrar y maximizar aquello que nos hace únicos. ¡La carrera es contra nosotros mismos! Raúl es Raúl y el Chícharo es el Chícharo.
Por último, por más trillada que sea, la resiliencia, la esperanza y renovación de Raúl es de alabar. Pero ojo, no sólo ha sido de él; su esposa Daniela, ha sido incondicional. Como dicen en los ritos del matrimonio, “en lo próspero y en lo adverso; en la salud y en la enfermedad”. ¡Gran testimonio de pareja!
Esta es la vida de Raúl Jiménez, una auténtica ave Fénix. Renació después de ese terrible accidente. Yo me llevo estas moralejas de R7, ¿y tú con qué te quedas?