Después de ver lo significativa que fue la expulsión de Raymundo Fulgencio, durante la gran final entre el América y los Tigres, reafirmó el tema del día de hoy. ¿Conoces a Draymond Green? Te cuento un poco de este basquetbolista profesional:
Desde los inicios de su carrera profesional (2012), ha jugado en el equipo de Golden State Warriors.
Ha sido 4 veces campeón con su equipo destacando por su aportación en la defensiva en la posición de ala-pívot.
En el 2017 fue nombrado el Jugador Defensivo del Año, así como múltiples veces ha sido seleccionado como parte del cuadro estelar de la Liga.
Sin embargo, sus logros en la duela, se han visto “manchados”, por su comportamiento dentro de ella:
Con 20 expulsiones, es el segundo jugador en esta categoría en la historia de la NBA, donde la lidera Rasheed Wallace con 29.
Tan sólo en esta temporada, se ha ido tres veces “a las regaderas” antes de tiempo, y sólo ha participado en 15 de los 23 juegos de la temporada por suspensiones.
La liga ha decidido suspenderlo un tiempo “indefinido”; para regresar tiene que cumplir de manera mandatoria los protocolos de comportamiento; un castigo atípico y ejemplar en la NBA.
¡Hay Draymond! Este año sin duda eres el ganador al premio “MEP”, el Jugador Más Expulsado del año (Most Ejectable Player). Así cómo brillas dentro de ella, tu autocontrol te opaca.
Cada uno de nosotros es un universo de emociones. Por ello, el autocontrol emocional, no implica la supresión de ellas, sino más bien la habilidad de gestionarlas de manera consciente y saludable. La clave radica en entenderlas y reconocerlas. El dominio de nosotros mismos, se convierte en un recurso invaluable. De nada sirve tener una gran capacidad, si no tenemos el control de nuestras emociones.
En situaciones desafiantes, el autocontrol nos brinda la capacidad de responder en lugar de reaccionar, fomentando la toma de decisiones informada. Ésto no es fácil, es una práctica constante. Cultivar el autocontrol nos capacita para ser los “dueños” de nosotros mismos.
¿Cuántas veces nos ha ganado la “calentura” en una decisión? ¿Qué hay de las consecuencias? Entiendo que de los errores se aprende; pero en unos nos pueden salir muy “caros”, sobre todo cuando nos llevamos a alguien de encuentro.
Recordemos, la capacidad técnica pasa a segundo plano, mientras la mente termina jugando el rol más importante para ser exitoso. ¿Tu liderazgo tiene la habilidad de administrar correctamente tu inteligencia emocional? ¿O te ganarás el “MEP” como Draymond Green?