Este fin de semana hubo 2 competencias en las que el ganador se definió de forma milimétrica.
Mystik Dan, con probabilidades de 18-1, superó a Sierra Leone y a Forever Young para ganar la edición 150 del Kentucky Derby en uno de los finales más reñidos de la historia.
Kyle Larson venció a Chris Buescher en el Kansas Speedway el domingo en la final más cerrada en la historia de la NASCAR Cup Series. El margen oficial de victoria: 0.001 segundos.
¡Qué finales! Ni para un script de una película. Un milímetro, un milisegundo… la diferencia. Así es la vida, de momentos, de segundos.
Las pequeñas diferencias pueden tener un gran impacto en los resultados. Nunca sabemos cuándo ese milímetro, ese milisegundo serán el triunfo o la derrota. Por ello, hay que valorar cada detalle y esforzarnos al máximo en todo lo que hacemos.
Esto no se acaba hasta que se acaba. En ocasiones nos confiamos, en otras tiramos la toalla previo al final. Como me decía un profesor cuando entrenaba fútbol, “tu no te detengas hasta que no escuches el silbatazo del árbitro”. Así debe ser nuestra actitud, vivir la vida y buscar cumplir nuestros objetivos hasta el final. ¡No podemos bajar la intensidad!
Así como Mystik Dan y Kyle Larson nunca bajaron la intensidad para triunfar, así es como nosotros debemos afrontar nuestra vida. Un sólo instante puede cambiarlo todo. ¿Qué esperas para vivir la vida con “intensidad”? Esto no se acaba, hasta que se acaba. ¡Pelea por ese milisegundo, milímetro!