En estos tiempos olímpicos, leí un artículo que robó mi atención… Un estudio que se realizó en el 2021 encontró que los medallistas olímpicos de plata son menos felices que sus contrapartes ganadoras de bronce, a pesar de sus mejores desempeños.
Utilizando inteligencia artificial para examinar sus movimientos musculares y expresiones faciales, investigadores de la Universidad de Iowa analizaron cientos de fotos de atletas olímpicos desde el año 2000 hasta 2016, concluyendo que, aunque los que obtuvieron el segundo lugar tuvieron un mejor desempeño, los medallistas de bronce a menudo parecían más felices en el podio.
El "pensamiento contrafactual" es un concepto psicológico que implica imaginar resultados alternativos o "lo que podría haber sido". Andrea Luangrath, profesora de marketing de la Universidad de Iowa y coautora del estudio mencionado, argumenta que:
Los medallistas de plata tienden a compararse con los ganadores de la medalla de oro, participando en una "comparación ascendente". Esto a menudo conduce a sentimientos de decepción e insatisfacción.
En contraste, los medallistas de bronce se comparan con los atletas que no llegaron al podio, una "comparación descendente" que fomenta un sentido de gratitud y satisfacción. "Ellos solo piensan: 'Estoy contento de estar en el podio en absoluto'", dijo Luangrath.
Entonces, ¿ganar la medalla de Plata duele? ¿Nos quedamos con la de Bronce? Estos hallazgos del estudio se extienden más allá del ámbito de los deportes competitivos.
“¿Qué hubiera sido si…?” “¿Qué pudo haber pasado si…?” Es frecuente ver el pasado con un final distinto. El “pensamiento contrafactual”, o imaginar lo que podría haber sido diferente, puede ser dañino si se convierte en un hábito constante. Enfocarse en el presente y en lo que se tiene en lugar de lo que podría haber tenido es más beneficioso para el bienestar emocional. ¡Evita la trampa del "qué podría haber sido"! ¡Abraza el presente!
Por naturaleza, el ser humano busca compararse con “alguien” más. Ese “alguien” puede ser un amigo, un familiar, una competencia. Ante ello, es clave ser consciente de con quién y mantener expectativas razonables para ti mismo. Tomar una referencia con alguien que esté en mejor posición, puede generar insatisfacción; mientras con alguien que esté peor puede generar gratitud. ¡Ojo con quien escoges de referencia!
A ti papá, a ti mamá, a ti jefe: ¡ten cuidado con esas “comparaciones”! Cada miembro del equipo tiene fortalezas y talentos únicos. En lugar de generar una competencia interna que puede destruir familias / organizaciones, es necesario crear una cultura de aprendizaje y crecimiento. Busca comparaciones contractivas como logros pasados. ¡Aguas!
Es inevitable que siempre habrá alguien mejor. En cualquier aspecto de la vida, habrá alguien más rápido, más inteligente, más fuerte o rico. No lo veamos como algo negativo, es necesario aceptarlo. Esto te permitirá enfocarte en tus propias metas y logros personales. Recuerda, tu competencia eres tú mismo. ¡Vence a tu propio “yo” y no el de alado!
Entonces, ¿festejamos si ganamos La Plata o La Bronce? ¿O ninguno? El "pensamiento contrafactual" y las comparaciones impactan el bienestar emocional y el entorno de trabajo. ¿Has puesto atención a ello?