¡Qué locura la que estamos viendo en estos playoffs de la NBA! Si alguna vez pensaste que el relevo generacional en el deporte era algo lineal —una generación entra, otra se va—, los últimos años del basketball profesional han venido a romper ese molde. Lo que estamos presenciando no tiene precedente: ¡cuatro generaciones de estrellas activas!
1) Los “Veteranos” (Drafteados 2003-09): Nadie pensaría que fueran tan buenos en esta etapa.
LeBron James: 40 (2003)
Al Horford: 38 (2007)
Stephen Curry: 37 (2009)
2) Los “Maduros” (Drafteados 2010-14): La longevidad de los “viejos” y el ascenso de la nueva generación han limitado su brillo.
Jimmy Butler: 35 (2011)
Rudy Gobert: 32 (2013)
Giannis Antetokounmpo: 30 (2013)
Nikola Jokić: 30 (2014)
3) La “Nueva Generación” (Drafteados 2015-19): Toda esta lista lidera a los favoritos a levantar el trofeo este año; están en la edad ideal.
Jalen Brunson: 28 (2018)
Donovan Mitchell: 28 (2017)
Jayson Tatum: 27 (2017)
Shai Gilgeous-Alexander: 26 (2018)
4) Las “Promesas” (Drafteados 2020-24): Con 25 años o menos, esta generación tiene todo el potencial.
Tyrese Haliburton: 25 (2020)
Evan Mobley: 23 (2021)
Anthony Edwards: 23 (2020)
¡Cuatro enormes generaciones! Cada grupo tiene algo que aportar: experiencia, madurez, dominio físico, frescura, ímpetu. Este fenómeno generacional que enriquece a la NBA y a todos sus fans también nos deja varias enseñanzas.
¡Qué gran departamento de Recursos Humanos tiene la NBA! El sistema de basketball en Estados Unidos empieza desde abajo: escuelas, preparatorias y universidades, hasta llegar a las grandes ligas. Hay estructura, inversión, formación. Procesos, incentivos y esquemas que permiten el desarrollo constante de talento, y algo aún más valioso: la capacidad de tener siempre listo a quien pueda tomar la estafeta. Como algunos le dicen, “banca”, “cartas de reemplazo”. No es fácil, toma tiempo, pero es lo que garantiza la trascendencia de una organización. ¡Tener sustitutos listos no es un lujo, es una necesidad estratégica!
Repetidamente hemos hablado de ver a LeBron James jugando a los 40 años al más alto nivel; ya dejó de sorprendernos. Él, como Curry o Horford, ha demostrado que el cuerpo puede mantenerse competitivo con disciplina, cuidado y adaptación. Recordemos: la experiencia no caduca si se acompaña de evolución. En un mundo que premia lo nuevo, hay un poder enorme en quienes se mantienen vigentes. Como dijo Tom Brady: “Los años solo cuentan si los dejas contar.”
Mientras algunos debutan y ganan de inmediato, otros —como Jokić o Butler— florecen con los años. La NBA está llena de historias donde el momento "correcto" llega cuando menos lo esperas. En nuestra vida profesional y personal pasa lo mismo: no todos tienen que ser estrellas a los 25. Lo importante es estar listos cuando llegue nuestra oportunidad. Como dice el dicho: “El sol también brilla para los que tardan en amanecer.”
Hoy vemos a Luka Dončić enfrentando a Curry, a Tatum cruzándose con Kawhi, o a Haliburton liderando contra veteranos consagrados. ¿Quién dijo que solo uno puede brillar? La riqueza está en la mezcla de talentos. En las organizaciones pasa lo mismo: jóvenes con ideas frescas y veteranos con sabiduría construyen un equipo más completo. El secreto está en la colaboración, no en la comparación.
La NBA nos está regalando una era única, donde el pasado, presente y futuro caminan juntos… y compiten entre ellos. Es una fotografía perfecta del momento que vive nuestra sociedad: diversa, multigeneracional, cambiante.
Así que, ya sea que estés empezando tu carrera, estés en tu mejor momento, o ya lleves años en la cima, recuerda: el juego sigue. Y mientras sigas adaptándote, evolucionando y sumando, tu historia todavía se está escribiendo. ¡Juegue!