Patrick Mahomes es, sin duda, uno de los quarterbacks más talentosos en la historia de la NFL. Su capacidad para lanzar bajo presión, extender jugadas y encontrar soluciones en momentos críticos lo han convertido en una superestrella. No es casualidad sus tres anillos de Super Bowl y ser nombrado dos veces el MVP de la liga.
Sin embargo, en los dos Super Bowls que ha perdido, quedó claro que su talento individual, por más excepcional que sea, no es suficiente si su equipo que lo rodea no está a la altura.
El domingo pasado en el Super Bowl 59 contra los Philadelphia Eagles y en el Super Bowl 55 contra los Tampa Bay Buccaneers, Mahomes enfrentó las defensas más agresivas de su carrera. En ambos juegos, estuvo bajo presión más del 50% del tiempo, lo que lo llevó a sufrir intercepciones, capturas y un rendimiento por debajo de su estándar. No fue su talento el que falló, sino la falta de protección y apoyo por parte de su línea ofensiva, lo que demuestra que, en cualquier ámbito, el éxito no depende solo del individuo, sino del equipo completo.
Un líder puede ser visionario, trabajador e increíblemente capaz, pero si no cuenta con el equipo adecuado, su capacidad de ejecución se verá limitada. En el mundo de los negocios, una empresa no puede depender únicamente de un CEO brillante; necesita colaboradores competentes, una cultura organizacional fuerte y procesos bien definidos. En el deporte, incluso los mejores jugadores necesitan un sistema y un equipo que les permita destacar.
Isaac Newton dijo ”si he logrado ver más lejos ha sido porque he subido a hombros de gigantes”. Por ello, un equipo sólido no solo complementa el talento individual, sino que lo potencia. Cuando una estructura está bien construida, los problemas que enfrenta una persona no se convierten en obstáculos insuperables, sino en retos manejables. En el caso de Mahomes, cuando su línea ofensiva ha funcionado bien, ha logrado llevar a los Kansas City Chiefs a múltiples campeonatos. En los juegos donde no ha tenido protección, incluso él ha parecido vulnerable.
El aprendizaje aquí es claro: no importa cuán talentoso seas, sin un equipo sólido, las probabilidades de éxito disminuyen. La clave está en construir y fortalecer la estructura que te rodea, asegurándote de que cada pieza del equipo esté alineada con el mismo objetivo. Porque, al final, los grandes triunfos no son producto de un solo individuo, sino del esfuerzo coordinado de todo un equipo. ¡Ánimo Mahomes, pronto te vemos de regreso!