Mientras observaba los partidos divisionales de la NFL el pasado fin de semana, los comentaristas mencionaron en diferentes ocasiones: “situational football”. Este concepto clave puede determinar el éxito o el fracaso de un equipo.
Este término se refiere a la preparación y ejecución en momentos específicos del juego que, aunque no ocupen la mayor parte del tiempo, son cruciales para el resultado. Pueden ser jugadas en cuarta oportunidad, estrategias de zona roja, el manejo del reloj en los últimos dos minutos o incluso decisiones de cuándo arriesgarse y cuándo ser conservador. Algo que hacen muy bien los Jefes de Kansas City.
Este concepto me recordó que al igual que en el fútbol americano, en la vida y en las organizaciones enfrentamos situaciones críticas que requieren preparación, análisis y ejecución precisa.
En el "situational football", los equipos no improvisan. Pasan horas practicando situaciones específicas, simulando escenarios que podrían enfrentar durante un partido. Este nivel de preparación les permite reaccionar con confianza y rapidez, incluso bajo presión.
Es cierto, no siempre podemos prever cada desafío, pero podemos identificar las áreas donde los momentos clave son recurrentes: negociaciones importantes, reuniones estratégicas o decisiones críticas. Anticiparnos, practicar y analizar posibles escenarios nos permite actuar con claridad cuando más importa. ¡Necesitamos estar preparados!
Una misma jugada puede ser brillante o desastrosa dependiendo del contexto. Una decisión en cuarta oportunidad puede ser la diferencia entre ganar o perder, pero solo si está alineada con el marcador, el tiempo restante y la posición en el campo. ¡Lo mismo nos puede suceder!
No todas las decisiones tienen el mismo peso, y actuar sin considerar el contexto puede llevarnos a resultados no deseados. Evaluar las variables a nuestro alrededor antes de decidir –tiempo, recursos disponibles, y posibles consecuencias– es esencial para maximizar nuestras probabilidades de éxito.
No basta con tener una buena estrategia; la ejecución debe ser impecable. Una mala salida del balón, una falta de concentración o un error en los detalles pueden costar el partido. Por ello, los momentos clave también requieren concentración absoluta. Puede tratarse de una presentación crucial, un cierre de venta o una conversación difícil. Prepararnos es importante, pero la verdadera diferencia radica en ejecutar con precisión en esos momentos críticos. ¡Concentrados!
¿Te ha tocado recientemente vivir un “situational football”? ¿Cómo la manejaste? Prepararnos, entender el contexto y ejecutar con precisión son prácticas universales que pueden aplicarse en estos momentos, así como lo hacen los Jefes de Kansas City. Recuerda, al final, se trata de jugar cada situación con estrategia, enfoque y determinación.