¿Has escuchado de olas en Nazaré en Portugal? Te cuento un poco de ellas:
Son de las más grandes y poderosas del mundo y están frente a la costa de Nazaré, un pequeño pueblo pesquero en Portugal, gracias a un cañón submarino de 5 km de profundidad y 230 km de longitud.
Estas olas pueden superar los 20 metros de altura (equivalente a un edificio de siete pisos).
La mejor época para ver y surfear las olas gigantes de Nazaré es entre octubre y marzo (justo estamos en la época), cuando las tormentas en el Atlántico Norte generan olas masivas.
Por lógica, el surf sobre ellas es una de las hazañas más impresionantes del deporte; no es casualidad que se haya convertido en una atracción turística por cientos de miles de personas.
¡Es algo increíble ver como se surfean sobre estas olas! Solo los más preparados se atreven a lanzarse. Pero más allá del espectáculo, hay una filosofía profunda detrás de este deporte: saber enfrentar el miedo con preparación y entender que no todas las olas se deben surfear.
El miedo es inevitable cuando se está frente a una ola de 20 metros, así como lo es en la vida cuando se presentan retos imponentes. Sin embargo, los surfistas de Nazaré no enfrentan estas olas a ciegas. Cada sesión es el resultado de años de entrenamiento, estudio de las corrientes, fortalecimiento físico y mental. El miedo no desaparece, pero la preparación lo convierte en respeto y en un desafío manejable. ¿Suena fácil no?
En la vida, los momentos difíciles nos ponen a prueba. No podemos evitar sentir temor ante lo desconocido, pero lo que sí podemos hacer es prepararnos. Cada decisión importante, cada cambio de rumbo o reto, se enfrenta mejor cuando hemos dedicado tiempo a desarrollar nuestras habilidades y entender el terreno en el que nos movemos. ¿Te has estado preparando?
Por cierto, no todas las olas deben surfearse. En Nazaré, los mejores surfistas esperan pacientemente la ola correcta, la que tiene la forma y el momento adecuados para lanzarse con confianza. Forzar una ola inadecuada puede ser un error fatal. ¡Timing, timing, timing!
En la vida y en los negocios, la paciencia es tan importante como la acción. No todas las oportunidades deben aprovecharse de inmediato; algunas requieren espera, observación y estrategia. El problema es que muchas veces la presión externa nos empuja a actuar sin estar listos, sin darnos el tiempo de evaluar si realmente es el momento adecuado. ¡Sé paciente!
Saber cuándo moverse y cuándo aguardar es un arte. Pero cuando llega la ola correcta, no hay tiempo para la duda: hay que comprometerse por completo y lanzarse con determinación.
La vida nos presenta olas de todos los tamaños. Algunas debemos enfrentarlas con valentía, confiando en nuestra preparación; otras, debemos dejarlas pasar y esperar la oportunidad correcta. La clave está en conocer la diferencia y en recordar que cada reto superado nos hace más fuertes para el siguiente. ¿Estás listo para la siguiente ola? ¡No tarda!