Escrito por Eugenio Garza De La Puente1
De chico, cada vez que llegaba a montar leía un lema que estaba inscrito en la entrada del Club Hípico: “dos corazones, un solo pensamiento”. Se me quedó grabado aunque nunca lo entendí, me parecía una frase cursi.
El fin de semana pasado se llevó acabo el Concurso Internacional de Salto GNP en el Club Hípico La Silla. Desde hace meses lo tenía todo planeado: saltar las pruebas estelares de la semana. El sábado la categoría Clásico y el domingo el Gran Premio. Un sueño anhelado desde que tenía seis años y leía a diario ese lema en el hípico.
Pero la realidad me enseñó que en ocasiones, los planes son irrelevantes.
Justo cuando los ganadores del Clásico ingresaban a la cancha para su premiación, Cuitzeo, mi caballo, ingresaba al quirófano. Fue una operación corta, pues al abrirlo se percataron de una lesión irreparable que no nos dejó otra opción. De manera inesperada, llegó su final.
En el mundo ecuestre utilizamos la palabra binomio para describir algo que ninguna definición puede encapsular su verdadero significado. Es algo que se debe de vivir para entenderla. Es mas que ser un socio, compañero, complice... es llegar a ser uno solo. Es la respuesta a aquella frase inscrita en la puerta del club: “dos corazones, un solo pensamiento”.
Cuitzeo me permitió vivir lo que significa ser binomio y también conocer el dolor que significa perderlo. De un segundo a otro dejas de ser binomio. Te sientes como un superhéroe a quien le arrebataron su poder. Te sientes indefenso; como si te hubieran arrebatado parte de ti. Incapaz de librar el siguiente obstáculo, pues no puedes hacerlo solo. Así en un instante, los planes e ilusiones que compartes desaparecen.
La vida es así. El deporte es así. Los negocios son así.
No lo puedes hacer tu solo. Para sobresalir requieres de formar binomios con tu familia y con tu equipo de trabajo. Vendrán también situaciones en las cuales tus planes serán irrelevantes. En donde sin advertencia alguna, pierdes a tu brazo derecho, a tu compañero de mil batallas, en donde tu empresa deja de funcionar como un binomio.
Todo recae en como escoges afrontar el siguiente obstáculo. Aunque estés solo, afróntalo como cuando lo hacías en binomio. Con confianza y de frente.
Y tú, ¿haz logrado formar binomio en tu vida personal o negocios?
¡Hasta pronto Cuitzeo! GRACIAS por tanto.
“Un binomio no se alcanza de manera fácil ni tampoco es algo que se logra con cualquier caballo; pero cuando se es binomio, es algo verdaderamente extraordinario” - Alfonso Romo Garza
Eugenio es empresario, maratonista, apasionado del deporte ecuestre, esposo, papá de cuatro niñas y ocasionalmente, columnista. Economista y politólogo por Northwestern, MBA Kellogg School of Management y MPA Harvard Kennedy School.