¿Conoces a Dak Prescott, Andrew Whitworth, Russell Wilson, Calais Campbell y Chris Long? ¿Sabes qué tienen en común? Todos ellos han sido galardonados con el premio “Walter Payton” Man of the Year. Nombrado en honor a la leyenda de los Chicago Bears, este premio destaca a los jugadores de la NFL que han elevado el significado de ser un atleta al convertirse en líderes ejemplares fuera del campo, como con actos generosos y compromisos comunitarios. ¿Cómo funciona y qué ganas?
Anualmente se otorga este premio, donde de cada equipo (32 en la NFL) sale un nominado, quien debió haber tenido una labor filantrópica y un buen desempeño en la cancha.
Participan activamente en causas benéficas, trabajan incansablemente para mejorar la vida de los demás y utilizan su influencia para inspirar un cambio positivo en la sociedad.
El ganador es determinado por un panel de jueces, entre ellos el comisionado de la NFL (Roger Goodell), Connie Payton (viuda de Walter Payton), el ganador del año anterior y un número variable de ex jugadores.
El triunfador obtiene 250,000 dólares que debe donar a la organización de beneficencia de su preferencia.
Los otros 31 nominados reciben 40,000 dólares que también deben donar a alguna organización.
Recordemos, la verdadera grandeza se mide no sólo por los logros personales, sino por el impacto positivo que dejamos en el mundo que nos rodea. El éxito no está limitado al tema profesional, en este caso a la cancha de juego, sino que se extiende a la vida diaria y a la capacidad de ser agentes de cambio. El servicio a la comunidad y la empatía son virtudes que pueden y deben ir de la mano con el éxito profesional.
Según la Real Academia Española, la “generosidad” se define como la inclinación o propensión del ánimo a anteponer el decoro a la utilidad y al interés. ¿Te reflejas con ella? Usualmente, en estos días decembrinos, nuestros actos generosos y caritativos suelen ir a la alza; ¿pero por qué esperarnos hasta esta época? Uno piensa que un aguinaldo o un regalo de navidad “cumple” con estas virtudes; pero recordemos que el servir y ser empáticos con los demás es una tarea de todos los días.
Crear valor a la persona de tu lado y a tu sociedad no es una chamba, es una obligación. ¡Necesitamos muchos Walter Paytons! ¿Dónde están esos agentes de cambio? ¡Dejemos de interponer nuestros intereses personales! ¡Veamos por el bien común!
Quiero hacer un experimento. Te comparto que hace más de 18 meses, he participado junto a mi esposa y varios amigos, en un voluntariado llamado “Decididos”. En este tiempo, asistimos al CEFERESO1 14 en Gómez Palacio, en donde hemos colaborado y buscamos acercar al camino del bien a los PPLs2. Si te interesa apoyar, puedes comprar un kit por $700 pesos que incluye material, una Biblia y manuales de formación. ¡Gracias! Si te interesa apoyar o saber más, escríbeme.
No olvides, como siempre mi papá me lo enseñado, que “el valor de una vida no se mide por lo que tienes, si no por la capacidad de servir y dar a los demás”.
Centro Federal de Rehabilitación Social
Persona Privada de la Libertad